viernes, 26 de marzo de 2010

Poesía por Alumnos de la Universidad Nacional de Rio Cuarto (Edición 1)


“Si me quieres arrodillar,
córtame las piernas y aún podré volar.”
(Roberto Iniesta)
Somos jóvenes y nos vamos a morir, tal vez jóvenes. Ante eso, ¿qué? Me gusta la poesía. En tiempos de guerra, es el chaleco antibalas que el enemigo elegiría para nosotros.
Me llamo Franco Gargiulo, empecé a nacer en 1989 y ahora estudio filosofía en la UNRC. Bardos, saludos, preguntas, al correo de la revista. Culpa de tipos como Gelman, Teillier, Pessoa, Benedetti, Cioran y unos cuantos descerebrantes
más, escribo así:

No recuerdo el día
o sea que te amé ayer
La distancia se me mete en la aorta y es
como tener la espalda ancha
miles de kilómetros de ancha
y no poder girar para verte

***

Pero si ya no tengo ni la excusa de siempre, que estoy vivo,
para aplastar a la dolor,
cómo puedo perderme para oler la melancolía de la fealdad terca queriendo
volver a mí
para recibirla con los barcos abiertos y abarcarla como un puerto.
Aparte te quiero tanto pero no me pierdo,
y sigo saltando de furia repetida
en todas partes, cuando el espejo me sigue a todas partes.

Grandes patas las del espejo que me persigue,
enormes alas saliendo del espejo que me alcanza cuando vuelo yo-rando
y vuelvo a sentir que no me pierdo y dejame contarte que
la soga hirviendo que me sostiene atado a la vida mía... no, no importa eso,

se trata de la coherencia,
ese árbol que muere arrodillado ante el dolor,

la dolor que se matuvo de pie todo el tiempo practicando tiro al blando no
colabora.
Este silencio obligatorio amanecería conmigo aunque yo no amaneciera.
Voy a tratar de sonreir para darte una sorpresa gorda
y abras gordos los ojos y veas cómo me voy.

Franco Gargiulo. 21 Años. Estudiante de Filosofía Universidad Nacional de Rio Cuarto

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